En un error (por no llamarlo falta de educación) propio de novatos, esta mañana he conseguido emitir una lluvia de invitaciones a conectar en LinkedIn. La historia es relativamente larga y bastante vergonzosa (con intervenciones estelares de mi confianza implícita en la empresa, y la manía de hacer varias cosas a la vez), así que dejémoslo en que lo siento, lo siento mucho. Debieron salir tres o cuatro, no la estampida que ha salido.
Algunos de los que habéis recibido invitaciones estaréis intentando recordar o averiguar quién es el que las envía; espero que este mensaje sirva de disculpa. Como digo, la invitación es un error: si no recordáis a la primera quién soy, no la aceptéis. Por favor. Si no me conoces, conoces mi trabajo o has trabajado conmigo, por favor, no aceptes. Ante la menor duda, no aceptéis.
Aunque por lo que estoy viendo en el correo, buena parte de las respuestas son de gente a la que debí invitar antes, colegas, amigos y hasta familia… Siempre cabe la posibilidad de que el error sirva para corregir alguno de mis imperdonables olvidos :-). Que (dada la calidad evidente de mis neuronas) también abundan.
Crucemos los dedos. Y mis disculpas de nuevo.
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